A fines de diciembre, en el seno del gobierno, se discutía si había que cerrar directamente Ezeiza a la llegada de vuelos internacionales, dado el incremento de contagios de Covid-19.
Quienes respondían a los sectores de la salud eran partidarios del cierre total, mientras que las fracciones vinculadas con la aviación y el turismo procuraban mantener abierto el principal aeropuerto internacional, aceptando reducir la cantidad de vuelos y pasajeros. Este martes el Gobierno nacional formalizó un pedido a la ANAC y otros organismos para que las aerolíneas reduzcan a la mitad los vuelos desde y hacia Brasil, y en un 30% a Estados Unidos, Europa y México, en razón de la situación epidemiológica del coronavirus. La medida, retransmitida por la ANAC a las líneas aéreas, incluida Aerolíneas, entraría en vigencia el 1º de febrero.
Se supone que este miércoles el organismo que conduce la aviación civil en la Argentina y encabeza Paola Tamburelli, debería recibir de cada compañía las nuevas programaciones.
Esto pese a que la resolución del 23 de diciembre solo permite el ingreso al país de argentinos y residentes, muñidos de un test de PCR negativo, y que hoy llegan a Ezeiza apenas un 2,5% de los pasajeros que arribaban o partían en épocas pre-pandemia.
El comunicado enviado a las aerolíneas que operan en el país advierte que “se realizará una revisión periódica de la situación epidemiológica, con miras a restablecer los ingresos a la mayor brevedad posible” y que “las autoridades aprobará las programaciones horarias en función de la decisión informada”.