Desde hace tiempo los distintos escenarios cinematográficos han sido una importante herramienta para atraer turistas embelesados por la historia, los paisajes y la fantasía de sentirse parte del universo ficcional que los cautivó desde la pantalla chica.
Vikingos, la serie original de The History Channel que engancha a buena parte de la platea de Netflix, no se queda afuera de esta tendencia y motiva a más de un espectador –que cuente con los recursos– a hacer sus valijas para ir a conocer las geografías nórdicas que enmarcan las aventuras del mítico rey Ragnar Lodbrok.
DESTINO EXÓTICO
“Como destino exótico, la gente grande de 45 años o más también está pidiendo mucho Escandinavia por la serie de Netflix Vikingos”, contó Lorena desde la agencia de viajes Arauquén.
“Pegó mucho y hay salidas grupales específicas”, dijo y añadió que hay operadores mayoristas que ofrecen paquetes a partir del interés del público.
Desde otras agencias que ofrecen el destino bajo nombres como “Ruta vikinga”, “Tierra de vikingos”, “Imperio vikingo” o “Vodka & Vikingos”, empalmándolo con Rusia, explicaron que en realidad esta opción turística existe hace tiempo, más allá de la serie, y que es elegida por aquellas personas que ya han visitado Europa una o dos veces por lo menos.
“Este producto es algo totalmente diferente que transporta a una historia bien antigua y a una civilización interesante y bastante violenta. La gente busca este tipo de diferencia porque también hay un poquito de exclusividad”, contó un operador de Tendencias Viajes.
Con diferencias en los itinerarios y los servicios incluidos, los paquetes para 20 o 22 días rondan los 7900 dólares. Helsinki, Estocolmo, Oslo, Bergen, Copenhague y los fiordos noruegos son los puntos más clásicos.
Las series inspiran a viajar, aunque sólo para los que tienen el bolsillo grande para hacerlo. Un gusto exótico que vale la pena.
LAS HUELLAS DE LA CULTURA DE GUERRA
El Museo de los Barcos Vikingos en Oslo es uno de los lugares donde se puede seguir el legado del antiguo pueblo guerrero. Es uno de los museos más conservados del mundo. Allí se exponen dos de las mejores embarcaciones de madera que están casi intacta para los visitantes. Quienes viajen pueden traerse objetos de recuerdo de gran valor para los fanáticos.
El museo Lofotr permite viajar en el tiempo y experimentar cómo era la vida en un hogar vikingo. Lo mismo ocurre con el campamento de Gudvangen y el asentamiento de Karmøy Kulturopplevelser, donde se celebra un festival. A su vez, en el Museo Nacional de Copenhague se exponen joyas, monedas, armas y otras piezas vikingas.
Más allá de los museos, el visitante puede quedar maravillado por la geografía, digna de películas, que evocan las guerras.
LAS NOVELAS Y EL FUROR POR VISITAR ESTAMBUL
Las mil y una noches, que copó la audiencia televisiva en 2015, tuvo su correlato turístico al incrementar los viajes a Estambul en un 35 por ciento. Casi sin proponérselo, la serie promocionó una cultura mezclada entre el mundo árabe y el occidental, en la ciudad más importante de Turquía.
“Son destinos que se ponen de moda. Cuando salieron las novelas de Turquía era el boom, se había armando un paquete especial por la novela que incluso llevaba su nombre”, contó Lorena de la agencia de turismo Arauquén.
En sintonía, las historias de J.R.R. Tolkien y sus adaptaciones cinematográficas acrecentaron las visitas a Nueva Zelanda, opción que combina el contacto con la cultura maorí, la naturaleza y originales actividades extremas.
En nuestro país, El renacido, película con la que Leonardo Dicaprio logró su primer Oscar, impactó positivamente en el turismo de Ushuaia, donde se filmaron algunas escenas de nieve.
Así las cosas, las películas hoy son el disparador del turismo. (Fuente: La Mañana de Neuquén).