Al mejor estilo de las leyendas del mar, de navíos que nunca volvieron a tocar tierra, la historia del crucero MS Zaandam es hoy un nuevo capítulo en esa historia. El Zaandam es bien conocido por los patagónicos. Año tras año su arribo a puertos como Puerto Madryn, Ushuaia, Punta Arenas y Puerto Chacabuco era noticia en nuestra web de Patagonia Azul.
El Covid-19 se cruzó en su camino y su períplo interminable que finalmente "terminó" en Florida hace pocos días fue sin dudas el ejemplo de lo que estamos viviendo.
Y hacemos un rápido repaso. Cuando se declaró la pandemia mundial y se supo de muchos casos de enfermos en cruceros que cruzaban los mares de todo el mundo, el intendente de Puerto Madryn cerró sus puertos y el Zaandam que estaba por llegar a la costa chubutense no pudo desembarcar ni a pasajeros ni a su tripulación. Debió seguir su rumbo al sur de América. Misma historia en Ushuaia. Misma historia en Punta Arenas. Misma historia en Chacabuco.
Sin otra opción que seguir navegando, el MS Zaandam puso rumbo al norte por el Pacífico sin puertos amigables. Y con una carga nefasta. Varios infectados que hoy se resume en 4 muertos a bordo y 200 personas infectadas en principio.
Florida se apiadó de las personas y dejó desembarcar a los enfermos y envió al resto al extranjero. Pero esto no fue tan simple: el gobernador de Florida, Ron DeSantis, se negó en un principio a que haya desembarco, pero un acuerdo in extremis permitió al MS Zaandam (y al Rotterdam) poner fin a su desdichada travesía. El primero con cuatro muertos a bordo -dos contagios confirmados del coronavirus y unas 200 personas con síntomas compatibles con la Covid-19.
Y esta historia lo tomamos hoy como el ejemplo clásico de lo que está sucediendo. Porque los puertos que reaccionaron a tiempo impidieron que el Covid-19 ingresara pero aquellos que como Caleta Tortel no lo hicieron, dejaron que el virus ingresara sin control, generando que hoy la región de Aysen ya cuente con casos de infección provenientes de ese desembarco.
Puertos cerrados, aeropuertos cerrados y fronteras cerradas. Importante pero no suficiente. Se necesita mucha más inteligencia para afrontar a un enemigo invisble.