El último acto, lo que no quiere decir el final de la historia, muestra al Gobierno a través del ORSNA (Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos), frenando el cierre del Aeropuerto El Palomar que pedía Aeropuertos Argentina 2000, y convocando a las partes involucradas, incluidas las dos aerolíneas que allí operan y a representantes de gobiernos provinciales quienes se han convertido en grandes defensores de las low cost, a dialogar para luego tomar una decisión.
La propuesta de AA2000 se complementa con el pedido de traslado de estas operaciones al aeropuerto de Ezeiza.
Esta parte de la historia comenzó el 14 de abril con una nota firmada por los apoderados de la empresa fundada por Eduardo Eurnekian, donde pedían el cierre definitivo del aeropuerto adaptado para tráfico comercial durante la gestión de Mauricio Macri para dar cabida a las líneas aéreas de bajo costo. Transformar la base aérea militar en aeropuerto comercial iba a permitir costos más bajos, por una operación simplificada, menos gastos para el traslado de los pasajeros y evitar que se sature Aeroparque.
Flybondi, la primera low cost que aterrizó en Argentina, propuso antes de empezar a operar tomar a su cargo las obras de transformación -decía disponer de U$S 35 millones para la adecuación- y su posterior explotación, pero el gobierno prefirió integrar El Palomar al Grupo A del Sistema Nacional de Aeropuertos y entregarlo en concesión a AA2000 que festejó la noticia.
Los argumentos que esgrime hoy el concesionario son la extraordinaria crisis mundial y nacional que ha paralizado la industria, la inhabilitación parcial que sufre el aeropuerto por la prolongada contienda judicial ambiental, la existencia de solo dos operadores aéreos que, “a diferencia de la gran mayoría de los restantes operadores y clientes de AA2000, adeudan en concepto de Tasa de Uso de Aeroestación 22.500.000 pesos y 291.000 USD, en el caso de Flybondi, y aproximadamente 12.000.000 de pesos y 163.000 USD en el caso de Jetsmart Airlines SA y Jetsmart Airlines SPA”.
Con el tiempo, el pedido de cierre fue cambiando de “definitivo” a “temporal” y enfocado a un uso racional de los recursos en medio de esta situación de emergencia, al punto de proponer no sólo el cierre temporal de El Palomar sino también de Aeroparque. Es decir, concentrar todas las operaciones en Ezeiza, mucho mejor preparado en cuanto al cuidado y la protección de los pasajeros, mientras duren las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19.
"Es claro que Ezeiza no es una opción para nosotros", le dijo a Clarín el gerente general de JetSmart de Argentina, Gonzalo Pérez Corral. Flybondi, por su lado, realizó una presentación legal ante el ORSNA y el Ministerio de Transporte para que tomen urgente intervención en el análisis de la solicitud realizada por AA2000, además de señalar su presidente, Esteban Tossutti “que es absolutamente improcedente que un concesionario privado de un aeropuerto pueda solicitar el cierre de infraestructura y servicio públicos que son utilizados para dar conectividad federal, y que pretenda determinar con estos mecanismos las políticas aerocomerciales y de transporte del país”. Flybondi y JetSmart emplean hoy más de 1000 personas y absorben el 21% del mercado de vuelos nacionales.