Puerto Madryn tiene para ofrecer una combinación única en temporada de verano: porque hace calor, pero sopla una brisa fresca; porque se puede entrar al mar y nadar, y las playas al ser tan anchas no se atiborran de sombrillas; porque en los balnearios se ofrece todo tipo de actividades náuticas y cocina de mar, pero también hay mucho para hacer y ver por fuera de lo que es playa, en los alrededores de la ciudad y en Península Valdés.
PLAYAS Y BALNEARIOS
Desde el muelle en el centro de la ciudad hasta el Monumento al Indio hay kilómetros y kilómetros ininterrumpidos de playa para caminar, correr, estirar el pareo y pasarse el día frente a las aguas calmas del Golfo Nuevo. Las playas siempre son anchas, pero cuando la marea está baja, desde la Rambla puede haber varias cuadras de arena hasta llegar a la orilla. Por eso, salvo que uno busque lo contrario, es muy fácil encontrar un lugar aislado, propio, y que a al vez esté cerca de un parador con todos los servicios. En cuanto al clima, en verano las temperaturas máximas alcanzan los 35º C y en el agua, ronda los 18º.
En toda la la costa de Madryn hay rambla, ideal para andar en bicicleta, skate o rollers, y balnearios accesibles con exquisitas cartas de almuerzo y cena, y diversas propuestas de actividades al aire libre. Entre los paradores destaca Coral, Náutico Bistró de Mar, Popeye, Sara, Municipal PMY y Yoaquina. En muchos de ellos se ofrecen clases de windsurf y kite, paseos en kayak, alquiler de tablas y clases de stand up paddle y yoga, bautismos de buceo y snorkeling con lobos marinos en Punta Loma.
Otra propuesta que se disfruta mucho en esta temporada es el paseo náutico por el Golfo Nuevo, con el catamarán Regina Australis, que tiene restaurante a bordo y un deck en cubierta para tomar sol y disfrutar de las vistas de Puerto Madryn desde el agua. Por otro lado, durante la temporada también se organizan ferias, encuentros deportivos y espectáculos al aire libre y de acceso gratuito.
GASTRONOMÍA Y NOCHE
Puerto Madryn apuesta fuerte hace muchos años en lo que respecta a la gastronomía. Tiene uno de los festivales más antiguos e importantes de toda la Patagonia, Madryn al Plato, y una oferta de productos locales y cocinas que sorprende a sus visitantes. Cordero, algas wakame y salicornias, cristales de sal, langostinos, navajas y calamares protagonizan las cartas de los restaurantes de la ciudad.
FAUNA Y PENÍNSULA VALDÉS
La temporada de avistaje de la Ballena Franca Austral se estira más y más cada año, pero aún no llega a los meses de verano. En época estival, en los alrededores de Puerto Madryn y en Península Valdés, se puede ver una gran diversidad de aves, toninas y delfines, lobos y elefantes marinos. También se quedan hasta el mes de abril los pingüinos de Magallanes, que en Punta Tombo tienen la colonia continental más grande del mundo, con más de un millón de ejemplares. Otras colonias muy interesantes son las de Estancia San Lorenzo y Reserva El Pedral, en Punta Ninfas. Por último, las orcas convocan a fotógrafos de todo el mundo entre los meses de septiembre y abril. En la Reserva Punta Norte, con un poco de suerte, se puede ver cómo se varan intencionalmente en la playa para alimentarse.
CULTURA Y CIUDAD
La ciudad de Puerto Madryn tiene un apretada grilla de actividades, muestras y espectáctulos durante la temporada. Se montan escenarios al aire libre en la rambla, se convocan bandas locales y nacionales para dar shows gratuitos, se organizan ferias de productores y de artesanías, y encuentros deportivos de kitesurf, carreras de MTB, maratones nocturnas, triatlones y torneos de beach voley, por mencionar algunos. Todo esto se suma a las propuestas culturales disponibles todo el año, como las visitas al Ecocentro y al Museo Oceanográfico, los recorridos guiados por el Centro Nacional Patagónico (CENPAT), dependiente del CONICET, y las muestras en el Museo Municipal de Arte.
LA PRÓXIMA, CON BALLENAS
A partir de mayo empiezan a llegar los primeros ejemplares de ballenas a las cercanías de Puerto Madryn, y se quedan en la zona hasta mediados de diciembre. En esos meses, aprovechan las aguas calmas de los golfos Nuevo y San José para reproducirse, dar a luz y acompañar a sus ballenatos en las primeras incursiones por el fondo del mar. Por sus condiciones naturales, Península Valdés fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999, y fue elegida por la revista National Geographic como uno de los 10 mejores lugares de todo el mundo para ver ballenas. En este sentido, mientras dura la temporada, las "Gigantes de Valdés" se cuentan de a cientos, lo que garantiza avistajes dinámicos, de varios ejemplares, en diversas situaciones y comportamientos.
A sólo 15 kilómetros de la ciudad, el Área Natural Protegida El Doradillo es uno de los mejores lugares para ver de cerca las rutinas de cortejo, nacimientos y cómo las ballenas madres les enseñan a nadar a sus crías de una punta a la otra de la playa. De acceso libre y gratuito, es un espectáculo único en el mundo que se recomienda maridar con unos mates y canasta de picnic.
El avistaje costero es una experiencia totalmente diferente, complementaria, a los avistajes embarcados que se ofrecen en Puerto Pirámides, el único pueblo dentro de la reserva natural Península Valdés. En lanchas, gomones y catamaranes, estas excursiones se extienden una hora y media aproximadamente, se pueden durante el día o bajo la luz del atardecer, y son acompañadas por guías de naturaleza con muchísimo conocimiento en la materia, expertos en divisar ballenas a lo lejos. En el camino de ida o vuelta de Península, se recomienda visitar el Centro de Interpretación Istmo Ameghino, donde hay información didáctica sobre la flora y fauna de la zona, ilustraciones y hasta una réplica a escala de una ballena.
Una de las últimas propuestas turísticas que surgió en relación a las ballenas es la del semisumergible Yellow Submarine. Única en el mundo entero, se trata de la primera embarcación diseñada especialmente para avistar ballenas, que permite a los pasajeros observar a las ballenas tanto en superficie, desde la cubierta superior, como desde la cabina submarina, a través de las 40 ventanas que tiene bajo el nivel del agua. Además, la nave cuenta con hidrófonos para poder escuchar los sonidos que emiten las ballenas.
PRECIOS DE REFERENCIA PARA LA TEMPORADA DE VERANO 2018:
Llegar: La única aerolínea que vuela directo al aeropuerto de Madryn es Andes Líneas Aéreas, y el pasaje cuesta desde $ 3560 (ida y vuelta). Aerolíneas Argentina vuela a la ciudad vecina de Trelew, desde Buenos Aires y desde Córdoba directo, por $5200 (ida y vuelta).
Hospedaje: En verano, una habitación con desayuno, cuesta desde $ 2000 en base doble en un hotel 4 estrellas, y desde $ 270 por persona en dormis.
Península Valdés y Punta Tombo: El ingreso al área natural protegida Península Valdés cuesta $ 220 para residentes nacionales. El ingreso a la colonia de pinguinos de Magallanes Punta Tombo cuesta $ 125 para residentes nacionales.
Estancias: Hay varias estancias rurales en las inmediaciones de Puerto Madryn. Por ejemplo, un avisita guiada, con almuerzo y visita a su colonia de pinguinos en San Lorenzo, cuesta desde US$ 80 por persona.
Snorkeling con lobos marinos: Esta excursión se extiende unas dos horas, incluye el equipo de snorkeling, traje de neoprén y la navegación hasta Punta Loma, y cuesta $ 2000 y $ 2800 por persona. También se ofrecen buceos y bautismos.
Deportes náuticos: Las clases individuales cuestan $ 550, y un curso completo de seis clases, $2000. También se alquilan equipos para stand up paddle ($ 350) y se ofrecen clases de stand up yoga ($ 380).