Faltan pocos días para que la alegría y el bullicio que generan los adolescentes se presente una vez más en Bariloche. En efecto, los egresados cada año disfrutan su viaje de finalización de estudios secundarios; los jóvenes que llegarán en la actual temporada serán entre 120.000 a 125.000. Los distintos contingentes finalizarán su visita a mediados de enero 2018.
Según los últimos datos que dio a conocer la Asociación de Turismo Estudiantil Bariloche (ATEBA) la recepción de los estudiantes se dará en días más en esta ciudad y “existen buenas expectativas para el sector que siempre deja buenos dividendos turísticos, además de ofrecer muchos puestos de trabajo para la mano de obra local”. Las empresas transportan a los grupos desde su lugar de origen hasta el destino lacustre por vía terrestre, salvo Travel Rock que mueve a los grupos en avión.
El segmento ya lleva alrededor de cuatro décadas imponiendo su impronta en la llamada Capital de los Lagos del Sur. Alegría, música, excursiones, gastronomía, hotelería, son los rubros que disfrutan miles de jóvenes en la semana que dura la aventura “de fin de estudios”. De esta manera, ya con el título debajo del brazo, los chicos dan -quizás- el último paso importante para pasar de la adolescencia a la adultez.
En la actual temporada el llamado “turismo estudiantil” tuvo una fuerte competencia con otros destinos del exterior, pero aún así miles de chicos contrataron Bariloche. Se calcula que el sector produce unos $3.000 millones, ofrece alrededor de 5.000 puestos de trabajo, más de 900.000 pernoctes y los padres de los alumnos, para 2017, abonaron alrededor de $28.000 para la totalidad del viaje de su hijo o hija.
Al momento de evaluar el destino, los progenitores prefieren Bariloche por ser un lugar argentino ya que consideran que ello brinda más seguridad que las playas de Brasil.
En otras palabras, hasta mediados de enero 2018, con una breve interrupción en noviembre de 2017, Bariloche se mueve al ritmo de los adolescentes. La cuidad rionegrina proyecta recibir, a partir de junio, a unos 125.000 estudiantes argentinos. Se prevé para este año un flujo de egresados prácticamente igual al del año anterior, pero hay incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir en las temporadas de 2018 y 2019, por el fortalecimiento de la competencia extranjera.
"El dólar bajó y los problemas económicos nos generaron una situación difícil, un cóctel complicado", admitió Néstor Denoya, ejecutivo de ATEBA. Pero destacó que la ciudad "ya pasó en otras épocas por circunstancias similares que hacen crecer a los destinos del exterior". Y aseguró que, pese a todo, el sector confía en seguir siendo, por lejos, la opción más demandada.
"Nuestra respuesta es apostar más que nunca a la calidad como nuestro gran diferencial. Continuar ofreciendo la opción más atractiva para los jóvenes, pero también la más segura y más confiable para los padres, con protocolos de seguridad y controles que no tiene ningún destino de Brasil”, explicó Denoya. Destacó, como ejemplo, que los boliches cumplen normas IRAM y "no tienen patovicas".
Desde ATEBA se explicó que los que eligen Bariloche “vienen a una ciudad con décadas de preparación e inversiones para recibir a estudiantes, con hoteles de lo mejor, seguros, completísimos, y un centro de esquí de primer nivel internacional. Eso quizás pueda costar un poco más que ir a la playa en algún otro país, pero se accede a un servicio claramente superior".
Se señaló que Bariloche es un destino importante, con 26.000 plazas hoteleras registradas. "Los viajes estudiantiles son más estables que los demás, vienen muchos chicos por muchas noches, y eso nos da un piso de ocupación". Además la ciudad recibirá este año a miles de estudiantes chilenos.
LOS PADRES
Para los chicos es el viaje soñado que celebra haber llegado al final de un camino. Mientras tanto para los padres, un mundo de sensaciones y preocupaciones: que la empresa de turismo estudiantil cumpla todo lo que vendió, que junto a las autoridades garanticen la seguridad de los estudiantes, que actúen con rapidez y responsabilidad ante una emergencia, que no permitan que ingieran alcohol, tampoco que "tomen" frío, destruyan la habitación del hotel o se peleen con otros colegios.
Sin dudas, las mayores preocupaciones de padres y madres tienen que ver con los excesos, desmanes y consumo de alcohol y drogas. "En los últimos años se acrecentaron los controles en Bariloche, en donde existen estrictos protocolos de procedimiento y discos que cumplen con normas de calidad internacional", se indicó desde la comuna.
También se explicó que hay mecanismos de control para evitar que los estudiantes deambulen por las calles de la ciudad. Almuerzan y cenan en el hotel, no van caminando al restaurante como en el pasado; a las discotecas llegan en transfer y en las excursiones o discos hay ambulancias con personal sanitario atento ante la posibilidad de algún problema.
Para el control de los estudiantes también se ha recurrido a las bondades de la tecnología. En el check-in del hotel a cada chico le colocan una pulsera con un chip que tiene sus datos y ficha médica, y que permite hacer un seguimiento de sus ingresos y salidas del hotel o la disco.
SEGURIDAD
La mayoría de los hoteles cuentan con cámaras de seguridad que registran cualquier anormalidad dentro de sus espacios en común. Además, estrictos controles aseguran que los jóvenes no puedan ingresar alcohol a las habitaciones. También las empresas dispusieron cuerpos médicos ante la necesidad de recurrir a profesionales sanitarios para que atiendan problemas de salud. (Fuente: El Cordillerano).