El aumento constante del precio internacional del petróleo que se acerca a sus máximos históricos, más la devaluación de agosto y la guerra de tarifas a partir de la eliminación de la banda inferior -con empresas vendiendo por debajo de sus costos- pusieron en una situación complicada a todas las aerolíneas del país.
No hay ninguna que no lo reconozca en privado, comenzando por Aerolíneas, la más grande, cuya promesa de déficit cero para el 2019 se transformó en más subsidios y la necesidad de desprenderse urgente de activos. “La decisión de devolver dos de los 4 B737-800 que incorporamos en leasing el año pasado debe interpretarse como una medida preventiva que busca evitar daños a largo plazo”, dijeron desde Andes empresa que históricamente se mostró muy cuidadosa con sus costos.
“El 80% de los costos de una empresa como la nuestra en Argentina es en dólares o están atados a esa moneda. Es riesgoso un leasing en dólares después de semejante devaluación cuando los ingresos son en pesos y en medio de una guerra de tarifas. Seguiremos adelante con la flota que tenemos -cinco MD 83 y dos B737-800 (estos últimos destinados a cubrir básicamente la temporada de chárter de verano)- aumentando su utilización para cubrir la actual programación.
Cuando mejoren las condiciones volveremos a traer aviones”, señalaron en la empresa que el año pasado creció significativamente en aeronaves y destinos hasta captar el 8% del mercado. (Fuente: Aviación News).