Una cueva enclavada en un tramo del acantilado que se levanta en El Sótano, una playa ubicada a unos diez kilómetros al sur de Las Grutas, cobró una gran notoriedad esta temporada debido a que allí se filmó a fines del año pasado la publicidad de una popular marca de cerveza que actualmente se puede ver por televisión.
En su momento, cuando se realizó el rodaje, la producción convocó a un casting de actores que le dio amplia difusión en toda la región. El llamado fue por Facebook y se propagó con una gran repercusión, al punto de que la gruta -de las pocas que hay en el sector- acrecentó también su renombre y pasó a ser punto casi obligado para muchos turistas que llegan desde otros puntos del país.
Ahora hasta las empresas de excursiones que llevan contingentes al Fuerte Argentino, 50 kilómetros más al sur, detienen la marcha de sus camiones para que la gente pueda admirar la célebre concavidad en la playa. Incluso los guías a cargo cuentan su historia con detalles y algunos agregados, un IVA que siempre es bien recibido en estos casos.
El aviso aparece con frecuencia en distintos canales televisivos, tanto de aire como de cable, y también se puede ver por Youtube. Se titula “Cueva monoambiente con sofá cama”, y si bien no menciona en ningún momento a la villa balnearia rionegrina, muchos de sus habitantes se sintieron orgullosos cuando la vieron y lo compartieron insistentemente a través de las redes sociales. La historia que relata el corto, que dura apenas 47 segundos, es una cuestión aparte, pues se refiere a la falacia de un operador turístico que engaña a un grupo de jóvenes con el alquiler de un departamento.
SOLO FICCION
Los amigos son alojados en una gruta, pero el agente inmobiliario lejos de reconocer su engaño destaca las bondades del lugar con explicaciones fútiles y tono insolente. De todos modos son convencidos y quedan felices por el entorno natural y con cajas llenas de cerveza fresca, y aseguran que incluso es mejor de lo que se veía en las fotos.
El tema del argumento es bien conocido, pues ha ocurrido, y muchas veces en Las Grutas: veraneantes que alquilan por teléfono o internet un inmueble que se describe fantástico, y cuando llegan se encuentran con una pocilga o directamente con nada.
Es de suponer que los guionistas no se basaron en la imagen que tienen o escucharon del balneario, y que sólo fue un relato ficticio. Aunque se parezca en algo a la realidad. (Fuente: La Mañana de Cipolletti).