Para el oficial a cargo de la División de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la crisis sanitaria empeorará la mayor parte de los indicadores sociales de la región, que era la más desigual del mundo antes de la pandemia. Créditos para empresas y políticas de ingresos universales e incondicionados, ejes de la reconstrucción.
En una nueva edición del ciclo “COVID-19, Desigualdad y políticas públicas distributivas”, el martes 4 de agosto se presentó Simone Cecchini, oficial a cargo de la División Social de Desarrollo Social de CEPAL. La entrevista, organizada desde el área Estado y Políticas Públicas, estuvo a cargo de Roxana Mazzola, Coordinadora Académica del Diploma Superior de Desigualdades y Políticas Públicas Distributivas de FLACSO Argentina, y Pablo Vommaro, Director de Investigación de CLACSO.
Cecchini comenzó enfatizando que, siendo la región más desigual del mundo, en la actualidad América Latina y el Caribe es el epicentro de la pandemia, pero no solamente por el nivel de infectados sino por el impacto que la misma está teniendo en los países, donde el 54% de sus trabajadores son informales. En ese sentido, un abordaje integral de la crisis debe incluir contención de los contagios y reconstrucción del tejido social y productivo que se ha desmembrado.
El especialista, además, recordó las condiciones especialmente críticas en las que América Latina enfrentó la pandemia: una tasa de crecimiento exigua o prácticamente nula (apenas 0,4% para el período 2014-2019, el peor registro reciente) y un incremento de la pobreza a un promedio del 3% anual en los últimos cinco años, lo que la ubicó en una situación de mayor vulnerabilidad que en otras regiones.
En informes recientes, CEPAL viene insistiendo en que la crisis que desató el COVID-19 es histórica y sin precedentes. Para este año, se proyecta una caída de -9,1% del PIB en promedio (-10,5% para Argentina). La pobreza alcanzaría al 37% de la población: “Esto es dramático porque es una crisis simultánea: ataca a todo el mundo. E implica para nuestra región múltiples impactos que avizoran una reconstrucción lenta y gradual, a consecuencia básicamente de cinco factores que tienen gran incidencia en las economías de nuestros países: caída en las materias primas; desaceleración marcada en el comercio de bienes; baja significativa en los envíos de remesas y en el turismo, que especialmente para la zona del Caribe tiene un impacto notable (en algunos países, el sector turístico llega a emplear entre el 80 y el 90% de la masa laboral) y aumento de la volatilidad financiera. Estos efectos, sumado al cierre de 2,7 millones de empresas que estimamos para este año en toda la región y los impactos regresivos en servicios y transporte, que serán sectores muy golpeados por la crisis sanitaria, ubican a América Latina y el Caribef frente a un desafío de reconstrucción enorme”, resaltó. Entre los sectores que menos consecuencias tendrán, destacó a los agroalimentos y los medicamentos.
En un escenario donde está previendo un empeoramiento en la desigualdad de ingreso, que estima creciendo a un promedio del 7-8% en la región, CEPAL ha hecho algunas propuestas:
1. Implementar un ingreso básico de emergencia y un bono contra el hambre para la pobreza extrema.
2. Conceder créditos a mayores plazos y períodos de gracia.
3. Apoyar a empresas siempre y cuando exista un compromiso de preservación del empleo y apego al cuidado del ambiente.
En los momentos de crisis, según Cecchini, también pueden sobrevenir iniciativas que procuren discutir el propio modelo de desarrollo. En ese sentido, el especialista llamó a convocar a incorporar temas que hasta ahora venían teniendo poco lugar en las intervenciones públicas, como la agenda de
cuidados y de sustentabilidad ambiental. Consultado además por un impuesto a las grandes fortunas, que en Argentina y otros países es parte del debate para la postpandemia, Cecchini fue categórico en cuanto a la necesidad de instrumentarlo en el marco de un nuevo pacto social a construir, en donde lo tributario debe ser necesariamente un eje. De igual modo incluyó todo el debate relacionado al Ingreso Básico Universal, donde destacó que en su construcción institucional ese tipo de iniciativas deben pensarse universales e incondicionadas, lo que también implica un esfuerzo fiscal que hay que estar dispuestos a solventar. Y trabajar en tres ejes principales: suficiencia en la cobertura, suficiencia en las prestaciones, y sostenibilidad en el financiamiento.
El ciclo de entrevistas “COVID-19, Desigualdad y políticas públicas distributivas” es una iniciativa organizada por FLACSO Argentina, CLACSO y la Fundación Friedrich Ebert Argentina, con la idea de visibilizar debates relacionados a las múltiples desigualdades que genera y potencia la pandemia del COVID-19. Han participado hasta ahora Bernardo Kliksberg, Karina Batthyány y Juan Grabois, y para próximas ediciones se anuncian expertos/as como Rubén Lo Vuolo, Josefina Morales (experta mexicana en desigualdades) y Gabriel Kessler.