Espacios aéreos cerrados, cancelaciones de acuerdos y pedidos, y principalmente el estupor por la destrucción del Antonov 225 fueron las primeras reacciones del sector aerocomercial ante el conflicto bélico que mantiene en vilo al mundo.
Una vez desatado el conflicto, inicialmente los países europeos, con un efecto cascada, fueron cerrando su espacio aéreo a aeronaves rusas. En una segunda etapa se sumaron también Canadá y los Estados Unidos.
Tras la resolución de Bruselas para prohibir vuelos de compañías aéreas rusas sobre sus cielos y la respuesta de Rusia de anunciar el cierre del espacio aéreo a compañías aéreas de hasta 36 países, los tres grandes grupos aéreos del Viejo Continente – Lufthansa, IAG y Air France-KLM – se vieron afectados ya que las obliga a realizar itinerarios más largos para sus vuelos hacia destinos asiáticos, lo que les supondrá un encarecimiento de sus costes en un momento además en el que el petróleo encadena subidas de precio.
“De acuerdo a las normas del derecho internacional, como medida de respuesta a la prohibición de los países europeos a los vuelos de aviones civiles de compañías aéreas rusas y/o registradas en Rusia, se ha ordenado la restricción para los vuelos de compañías aéreas de 36 Estados”, señaló la Agencia Federal de Transporte Aéreo de la Federación Rusa.
Con el cierre del espacio aéreo para compañías rusas en España, Aerolíneas Argentinas se vio obligada a suspender la venta de boletos con destino a Moscú, en una operación de código compartido que permitía a los viajeros llegar a Madrid con la empresa estatal argentina, y desde allí seguir en vuelo de Aeroflot hacia la capital rusa.
Por su parte, tras el posterior cierre de los cielos en Canadá para compañías rusas, Aeroflot emitió un comunicado anunciando la cancelación de sus vuelos que conectan Moscú con ciudades de los Estados Unidos, México, República Dominicana y Cuba. La compañía explica que la decisión se tomó debido al cierre del espacio aéreo de Canadá, el cual sobrevuela en sus rutas transatlánticas, algunas de las cuales estudia adaptar.
Willie Walsh, Director General de la IATA, emitió una declaración sobre al respecto:
“Estoy consternado por la invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia y me solidarizo con el pueblo ucraniano sitiado. La aviación promueve la paz y la libertad al unir a las personas. Pero estos últimos días han sido testigos del desmoronamiento de la paz, cuyo costo humano es aterrador. Mi corazón está con toda la gente de Ucrania, incluidos los socios y colegas de la industria.
Fuente: Aviación News.